Extinciones masivas
En el caso de especies que se reproducen sexualmente, la extinción es generalmente inevitable cuando sólo queda un individuo de la especie, o únicamente individuos del mismo sexo.
La extinción ha sido el proceso de evolución más importante que ha tenido lugar a lo largo de los 600 millones de años del archivo fósil. Durante todo el tiempo geológico, las extinciones se han producido por cambios climáticos y del medio ambiente (por ejemplo, periodos glaciales), y por la aparición de tipos nuevos de organismos mejor adaptados que desplazaron a los que antes existían.
Casos de extinciones masivas
Una extinción masiva (también llamado evento a nivel de extinción o ELE por sus siglas en inglés) es un período en el cual desaparece un número muy grande de especies. Por el contrario, se estima que en períodos normales las especies desaparecen a un ritmo de entre dos y cinco familias biológicas de invertebrados marinos y vertebrados cada millón de años. Desde que la vida empezó en la Tierra se han detectado varios sucesos de extinción graves en el eón fanerozoico (es una división geológica de la historia de la Tierra que se extiende desde hace 542,0 ±1,0 millones de años hasta nuestros días; es durante este período cuando los organismos vivientes ya toman formas complejas, evolucionan y se diversifican ampliamente).
Ordovícico Silurico (Hace 440 millones de años)
Hace aproximadamente 444 millones de años dos extinciones masivas marcaron la transición entre los períodos Ordovícicos y Silúrico que, si se cuentan juntas, fueron la segunda extinción masiva más trágica en la historia de la Tierra.
El primer evento ocurrió tras el cambio drástico de los hábitats marinos al descender el nivel del mar; el segundo, entre quinientos mil y un millón de años más tarde por lo contrario, el crecimiento del nivel de mar rápidamente.
La teoría más aceptada explica que la primera parte de la extinción fue causada al inicio de una larga edad de hielo que provocó la formación de grandes glaciares en el supercontinente Gondwana y, por consecuente, la bajada del nivel del mar. La segunda, en cambio, surgió tras la finalización de la edad de hielo, el hundimiento de los glaciares y el posterior aumento del nivel del mar.
Devónico ( hace 360-370 millones de años)
Hace 360 millones de años se produjo
la extinción masiva del Devónico, en la transición entre los
períodos Devónico y Carbonífero, en el cual el 70% de las especies
desaparecieron. Duró unos tres millones de años.
Esta extinción masiva tuvo mayor
influencia en mares que en continentes, y en latitudes tropicales que en
medias. Es considerada la “Edad de los peces”.
Los corales, dominantes de este período, desaparecieron al igual que
algunos grupos planctónicos como los graptolites y los tentaculites.
Muchos taxones marinos redujeron su gran diversidad a semejanza del tipo
de pez, dipnoos.
Los acritarcos, ostrácodos, ammonoideos y algunas clases de peces (los
placodermos y los estracodermos) desaparecieron. Se extinguieron el 85% de géneros de braquiópodos y ammonoideos,
además de numerosos tipos de gasterópodos y trilobites. En
los medios terrestres, las plantas vasculares no se ven afectadas por
esta pérdida general.
La extinción del Devónico acabó con el 75% de las especies entonces existentes.
Las causas de esta gran extinción se atribuyen a unos impactos de
meteoritos, a la disminución de la temperatura global, reducción del
dióxido de carbono y a la ausencia de oxígeno. De las setenta familias de peces que había, solo diecisiete sobrevivieron.
Pérmico-Triásico
Ocurrida aproximadamente hace 251 millones de años, define el límite entre la era Primaria y la Secundaria, entre los períodos Pérmico y Triásico. Es conocida como “La Gran Mortandad”, por ser la catástrofe más grande que ha conocido la vida en la Tierra.
Las causas de esta gran hecatombe son variables. Se baraja entre un
vulcanismo extremo, un impacto de un asteroide de gran tamaño, la
explosión de una supernova cercana o la liberación de grandes cantidades
de gases de invernadero. Los científicos opinan que lo más seguro es
que no fuese una única causa ya que para ser el evento de extinción y
destrucción más devastador que la Tierra haya conocido jamás, esta tuvo
que ser atacada desde varias fuentes.
Un estudio publicado en Nature Geoscience sugiere que una causa de la Gran Mortandad casi apocalíptica, que mató 96% de las especies marinas y 70% de los organismos terrestres vertebrados, fue una explosión volcánica en depósitos siberianos de carbón y esquisto. En pocos días, la ceniza de la erupción, que descendió en forma de lluvia sobre el Ártico Canadiense, absorbió el oxígeno del agua y liberó elementos tóxicos.
Los expertos han afirmado durante años que los volcanes de las Trampas Siberianas de Rusia fueron responsables del evento de extinción. Estas formaciones rocosas con forma de escaleras son resultado de actividad volcánica ocurrida casi al mismo tiempo que la extinción masiva.
La localización de los volcanes, conocida como las escaleras siberianas, se encuentra ahora en el norte de de Rusia, en torno a la ciudad siberiana Tura, y también abarcan Yakutsk, Norilsk e Irkutsk. Cubren un área de poco menos de dos millones de kilómetros cuadrados, un tamaño mayor que el de Europa. Los penachos de ceniza de los volcanes viajaron hasta las regiones que ahora ocupa el Ártico de Canadá, donde se encontraron unas capas de cenizas de carbón.
Los estudios han sugerido que los
volcanes liberaron 3 billones de toneladas de carbono, suficientes para
desencadenar un cambio climático masivo. Las erupciones también causaron lluvia ácida y emitieron suficientes halógenos como para crear un agujero en la capa de ozono, afirma. La ceniza tóxica, sobre todo, pudo haber sido el golpe final.
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